La Biblioteca de Alejandría ubicada en dicho puerto egipcio, llego a ser la más grande del mundo antiguo, recopilándose en sus estantes todo el saber del mundo conocido. Esta biblioteca llego a poseer en sus estantes más de 700.000 volúmenes de los filósofos y científicos más importantes de la época entre los que se cuentan Arquímedes, Euclides, Homero, Galeno y muchos otros. Sus instalaciones contaban con salas de conferencias, 10 salas dedicadas a la investigación cada una en una disciplina diferente, una conexión con un museo y hasta un pequeño zoológico. Pero todo este ingente saber estaba confinado a un grupo limitado de sabios donde el pueblo estaba excluido de todo saber y los adelantos científicos solo se quedaban entre las paredes de la biblioteca o para deleite de los gobernantes. Así luego de un tiempo de esplendor vinieron las guerras e inestabilidad en el imperio egipcio lo que llevo a la destrucción sucesiva de tan magnifico centro del saber, donde sus obras fueron saqueadas, sus edificios destruidos y los libros quemados por fanáticos religiosos (musulmanes y cristianos) quedándonos de esta biblioteca solo su historia y la irreparable perdida de todo el saber acumulado durante tantos años. Luego de conocer este tan triste hecho de la historia queda una pregunta en el aire ¿por qué a nadie le importo destruir esta Biblioteca junto con todos los conocimientos almacenados en ella?, ¿Acaso las personas que saqueaban y quemaban estos libros estaban en pleno conocimiento de lo que destruían? Una respuesta a esta inquietante pregunta puede ser que en realidad no sabían lo que estaban destruyendo, no conocían del trabajo que se realizaba en aquel lugar, de los adelantos científicos descubiertos ni de la importancia que ese saber tenia para sus vidas. A propósito de esta historia podríamos aventurar una situación adecuada a nuestro momento histórico: imaginemos que el gobierno un día anunciara que para el próximo año rebajará a la mitad el presupuesto para la investigación en ciencia y tecnología en el país ¿creen ustedes que habrían protestas en las calles por dicha medida?, ¿O que alguien interrumpiría a la presidenta Bachelet en uno de sus discursos para reprocharle dicha medida? Lo mas seguro es que no. ¿Y por qué? Porque el ciudadano común poco y nada sabe de ciencia ni del trabajo investigativo que se realiza en el país (por ejemplo a varios nos a pasado que decimos que carrera estudiamos y nos miran con cara de... que es eso ¿se come?). Entonces ¿estaremos actuando como los sabios de Alejandría, dejando a la ciencia y sus adelantos entre las paredes de la Universidad y hablando de ciencia solo con el reducido grupo de personas que estudian ciencias, trabajan en ciencia o con los privados que tengan dinero para invertir en ciencia? La respuesta a esta pregunta es clara, al igual que la solución para cambiar esta realidad la cual radica en la palabra difusión, la difusión de la ciencia, del trabajo científico que se realiza en el país, acercar la ciencia a la comunidad, difusión, palabra que todos los que estamos ligados de forma directa a la ciencia somos responsables de hacer verbo con el fin ultimo de que la comunidad pueda decidir informada si es o no importante el desarrollo de la ciencia para el país y para sus vidas. completamente viable (existe el detalle del estudio). Se deben cambiar las condiciones actuales en pos de garantizar el funcionamiento de este sistema, que asegura de mejor manera la permanencia en la U de todas las personas con capacidad, sin hacer ninguna consideración socioeconómica.
por FC
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2 comentarios:
FC es gay
Yo soy su pareja (César Vergara, U de Los Andes) y creo que escribe muy lindo...estúpudo!!!
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