Bienvenidos todos a este nuevo año académico. Todo el equipo de El Ornitorrinco, les da la más cordial de las bienvenidas a todos y cada uno de nuestros lectores, ya sean los antiguos o los nuevos. Con mucho orgullo podemos decir que este es el segundo año de esta pequeña revista, que nació a partir de conversaciones en laboratorios y pasillos, pensando cómo mejorar de alguna u otra forma las cosas en la carrera de Bioquímica. Si lo hemos logrado o no, será la reflexión que podrá hacer cada uno de ustedes, pero independiente de ello, pondremos todo lo que tengamos para hacer de este espacio un lugar de participación, de recreación, de información, y de todo lo que se les pueda ocurrir a quienes integran este tremendo equipo de futuros bioquímicos.
Cuando se comienza un proyecto nuevo, siempre se tienen muchas expectativas, muchas ideas, muchos sueños, pero al hacer los balances después de un año, uno se pone más realista, y nota que en realidad el aporte que puede hacer un puñado de estudiantes con ganas de trabajar por los demás puede ser pequeño (desde el punto de vista cuantitativo), pero tremendamente significativo desde el punto de vista cualitativo. A nosotros en particular nos ha reconfortado y nos ha dado el impulso necesario para seguir adelante y volver a desempolvar todas las metas iniciales. Sin embargo ahora, consientes de nuestra propia humanidad, en especial considerando el estrés que puede generar una carrera como ésta, es que me parece muy importante resaltar un gran objetivo: compartir.
Hay muchas otros verbos (deseosos de ser conjugados) que se me vienen a la mente: integrar, mejorar, informar, entretener, ayudar... (y otros no aptos para este espacio), etc., pero me parece mejor el compartir, que de alguna u otra forma engloba a las demás. Ese es el gran objetivo de El Ornitorrinco, que todos vean entre sus compañeros de carrera amigos, que nadie tema pedir prestado un apunte, que todos puedan decir “yo fui a ese paseo, yo voté en esa asamblea”, que cuando a alguien le pregunten “¿qué estudias?”, diga con orgullo “BIOQUIMICA” y ahí tendrán que explicar de que se trata (aunque lo miren a uno con cara de miedo), y decir que somos como ornitorrincos, el más raro de los mamíferos que tiene un poco de todo... y cuando otro pregunte “¿y que tal el ambiente?”, todos puedan responder “la raj...”... bueno... puede ser otra expresión que exprese lo bien que se pasa en esta carrera.
La vida en la Universidad es como pocas, una experiencia irrepetible, un momento de la vida que hay que vivir “intensa y ampliamente” (como dijo alguien por ahí). Porque los años se pasan volando y no podemos quedarnos entre libros y cuadernos durante 5 años (o más, que nadie se ofenda), pero tampoco podemos habernos pasado curado en un local porteño todo el tiempo tampoco, es una cosa, como diría cualquier químico, de equilibrio. Algunos hacen deporte, aunque en nuestra carrera no son muchos (que no se considere la rayuela corta como deporte...); otros les tira más la política, que cuando se hace bien reconforta de sobremanera; a otros la música, tendrán aún su grupo rockero desde el colegio, o irán a su recital loco de vez en cuando; o el nunca bien ponderado carrete, su güena chela en algún local de estos que abundan por estas latitudes; o quien sabe que distracción podrán tener... pero el mensaje es que lo hagan, planifiquen su semana de tal forma que puedan darle un respiro a sus neuronas y un escape a su mente, porque aparte de no hablarán más que de átomos, proteinas o patologías (depende el año en que vayan), ¿qué podrán decir el día que salgan de la Universidad?, ¿qué recuerdos quedarán?, ¿qué habrán aprendido aparte de los que sale en los libros?
Compañeros todos, y le hablo a mechones y viejos, estudiantes y profesores, revoltosos y tranquilos, este año quizás es igual a todos los otros en lo estricto, pero depende de cada uno hacerlo distinto, si el año pasado se echaron un ramo (o más de uno), que importa! si hasta Einstein se echó Calculo 1 (y no es chiste), y ahora es la oportunidad de pasarlo; si no se han echado ningún ramo, a no confiarse, aprovechen si tienen facilidades de ayudar a sus compañeros, porque yo conozco a varios que se creían superiores, que nunca ayudaron a nadie, que decían que los que iban al día tenían más derechos y al final terminaron bastante peor de a quienes ellos mismos miraban en menos.
Por último, para que puedan seguir leyendo este, espero, interesante número de El Ornitorrinco, les digo que miren hacia adelante y cumplan sus meta, cumplan sus sueños, lo que sea que puedan querer, simplemente depende de ustedes. Olvídense de los problemas de la casa, de los problemas de plata, del pésimo semestre pasado, del pololo(a) que los pateó, etc. Simplemente aprendan de sus errores, traten de rescatar lo bueno y olvidar lo malo que el tiempo nunca volverá atrás.